Historia

En octubre de 1956, Joan Roig fundó Sant Antoni, una pequeña lechería situada en la calle Pere Pau y que nació con una filosofía muy sencilla, la de elaborar productos de bollería de calidad. El éxito de la empresa hizo posible, dos años después, el traslado –una calle más allá- a la actual tienda de la calle Tajo. Fue el momento de empezar a convertir en realidad el sueño de Joan: crear una pastelería de productos tradicionales de calidad y trabajar el oficio con honradez para conseguir elaborar un producto especial para cualquier circunstancia o festividad. Año tras año se consolida como un referente en el barrio de Horta de Barcelona.

 

En 1989 se incorporó a Sant Antoni su hijo, Eduard Roig, el cual, después de viajar y trabajar con algunos de los mejores pasteleros internacionales, empezó a introducir técnicas innovadoras del trabajo en equipo con el fin de ampliar la gama de sabores y especialidades.

 

En 1996, se añade a este proyecto la compañera de Eduard, Montse Trenchs, pastelera y chocolatera de profesión, con el objetivo de sumar esfuerzos para crear y elaborar nuevos productos de calidad en los que se potenciarán los gustos, las texturas y las formas.

 

En el año 2007, cincuenta años después de su inicio, surge un nuevo concepto de pastelería y se realiza una reforma del local presentada por el prestigioso interiorista Francesc Rifé. Además se reformulan de nuevo los productos de repostería y se crean los nuevos envoltorios que han sido pensados para respetar las características de cada uno de ellos y, al mismo tiempo, para facilitar la venta ágil y cómoda de todas las especialidades de pastelería. Sin embargo, los cambios no han modificado lo que ha sido siempre el valor más importante de la empresa: ofrecer un producto de calidad, trabajado con oficio y honradez con la finalidad de fidelizar y aproximar la pastelería a clientes y amigos.

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